La leyenda de la bañera con hielo
Un joven tímido y retraído decide pasar una noche con sus amigos, que tras mucho insistir, consiguen que los acompañe a una discoteca. El joven se llamaba Ariel y apenas ingresó al local, se maravilló por el ambiente y la algarabía que se vivía en el lugar. Se quedo en un rincón mientras sus amigos se divertían pero vio como una hermosa muchacha lo observaba sin disimulo.
Esto se extendió por media hora, tras la cual y beber un par de tragos para envalentonarse, decidió ir a charlar con ella. Inmediatamente entablaron conversación y tras un par de besos, la chica lo invitó a ir a su departamento. Sin ninguna duda, Ariel se dirigió con la joven hacia su domicilio, donde le ofreció un trago mientras ella se fue al baño.
Al cabo de unos minutos comenzó a sentirse mareado y se desvaneció para despertarse a la mañana siguiente. En medio de una nebulosa pudo reconocer que estaba en una bañera llena de hielo y unas extrañas cicatrices en su espalda. A un costado había un papel que decía: “Llama urgente a emergencias sino quieres morir en pocas horas ya que te hemos extirpado los riñones”… Se trataba de una banda de traficantes de órganos que utilizaba a una bella joven para lograr su macabro cometido.
Esto se extendió por media hora, tras la cual y beber un par de tragos para envalentonarse, decidió ir a charlar con ella. Inmediatamente entablaron conversación y tras un par de besos, la chica lo invitó a ir a su departamento. Sin ninguna duda, Ariel se dirigió con la joven hacia su domicilio, donde le ofreció un trago mientras ella se fue al baño.
Al cabo de unos minutos comenzó a sentirse mareado y se desvaneció para despertarse a la mañana siguiente. En medio de una nebulosa pudo reconocer que estaba en una bañera llena de hielo y unas extrañas cicatrices en su espalda. A un costado había un papel que decía: “Llama urgente a emergencias sino quieres morir en pocas horas ya que te hemos extirpado los riñones”… Se trataba de una banda de traficantes de órganos que utilizaba a una bella joven para lograr su macabro cometido.
Los niños endemoniados de Illfurt
Esta historia de terror aconteció en la localidad alemana de Illfurt, donde infinidad de testigos dieron cuenta de un hecho aterrador y desconcertante: dos hermanos de 8 y 9 años mostraron síntomas de haber sido poseídos por el demonio a mediados del siglo 19. Los niños comenzaron a experimentar cosas fuera de lo común como hablar en lenguas extrañas, sus cuerpos sufrían extrañas mutaciones, su estómago comenzaba a moverse e hincharse, hablaban con voz gruesa sin mover los labios etc.
Su habitación estaba caliente aún en pleno invierno y sin calefacción, poseían una fuerza extraordinaria al punto que varios hombres eran necesarios para poder dominarlos, sus piernas se enredaban, aparecían bultos y deformidades en sus cuerpos pero nadie sabia que hacer. Este cuadro se completaba con siniestras profecías que salían de sus bocas anunciando muertes y desgracias a las personas que ingresaban a su habitación.
Todos estos hechos fueron estudiados por la Iglesia Católica durante tres años, que finalmente envió a un sacerdote a practicar un doble exorcismo. Cuando el párroco estaba en plena tarea, una voz aterradora expresó “ ¡¡ Ahora me veo obligado a ceder!!”, tras lo cual los niños se sumieron en un profundo sueño, del que despertaron completamente sanos y sin ningún daño físico.
Su habitación estaba caliente aún en pleno invierno y sin calefacción, poseían una fuerza extraordinaria al punto que varios hombres eran necesarios para poder dominarlos, sus piernas se enredaban, aparecían bultos y deformidades en sus cuerpos pero nadie sabia que hacer. Este cuadro se completaba con siniestras profecías que salían de sus bocas anunciando muertes y desgracias a las personas que ingresaban a su habitación.
Todos estos hechos fueron estudiados por la Iglesia Católica durante tres años, que finalmente envió a un sacerdote a practicar un doble exorcismo. Cuando el párroco estaba en plena tarea, una voz aterradora expresó “ ¡¡ Ahora me veo obligado a ceder!!”, tras lo cual los niños se sumieron en un profundo sueño, del que despertaron completamente sanos y sin ningún daño físico.
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